'El talento de los demás', ¿y el mío?

Efectivamente, no tengo más remedio que preguntarme dónde está mi talento tras haber terminado de leer El talento de los demás, obra de Alberto Olmos, periodista, escritor y columnista segoviano.

El motivo de mi autovaloración es que el final me ha resultado igual de misterioso que ver unas llaves que no son las de mi casa encima de la alfombrilla que saluda a cualquier visitante de mi dulce castillo de noventa metros cuadrados.

Tal es la falta de misticismo en mi propio racionalismo que he necesitado no navegar, sino bucear por la Red para encontrar alguna crítica que me haga entender qué es lo que ha pasado por mis manos durante unos diez días.

Visto lo visto, quizás sea una estupidez plantearme qué significa el final, y cuando digo final digo la última frase. Por las críticas, espero que constructivas de lo que he leído, me he enterado de lo más importante. ¿Qué es el talento? Creértelo, buscarlo o simplemente vivir sabiendo que no lo tienes.

En cualquier caso, a estas horas perdidas de una muy pronta mañana o de una recién empezada noche, El talento de los demás me ha hecho reflexionar, detener mis ojos para dar paso a mi cerebro, solo mi cerebro.

Lo recomiendo, sí, pero no por tener una trama espectacular, sino porque el escritor ha hecho que, a pesar de que en ocasiones me he perdido ante el maremagnum de opiniones, sobre todo en la segunda parte, al final he conseguido retomarlo, tras haber perdido el interés por él durante unas horas.

Es curioso. Hacía tiempo no leía un libro; me dediqué más al mundo digital y a mi lectura obligatoria-placentera de la revista QUO. Vi semiescondida la palabra lengua de trapo y me atrajo, tras haber cogido polvo durante cinco años en mi estantería.

Ahora, con el verano, continúo la lectura de libros con uno de mis autores favoritos: Ken Follett y su trilogía The Century, que comienza con el primer tomo, La caída de los gigantes.

------
El talento de los demás
Alberto Olmos.
Editorial Lengua de trapo.
Madrid. 2007. 318 págs.