Águila Roja

sábado, junio 28, 2014

Yo hablo, tú callas

Cerca de las 4 am. Fuera del túnel de María de Molina en dirección a López de Hoyos. Es allí donde viví una de las experiencias más bizarras y surrealistas que he vivido y eso que me han pasado unas cuantas.

Volvía de pasar una noche muy agradable en la Plaza de Santa Ana con unos amigos. Cuando ya estaba deseando devolver las legañas que le pertenecen a mi almohada, en medio de un semáforo veo cómo una lechera (furgoneta de la Policía Nacional) acelera, apaga las luces (gesto típico cuando quieren pasar desapercibido, cosa que falló por cierto) y se paran justo a mi lado. Con cara de mala leche y con alguna vena que otra de más en el cuello enfurecido el copiloto me MANDA parar.




- Claro que sí señor agente - pensé. Me quedan unas cuatro horas para ir a trabajar, pero claro que sí, aquí estamos para ser mandados, seguí pensando mientras movía mi moto preguntándome a qué venía toda esa tontería.

- Su identificación, por favor.-

La empiezo a buscar. Justo unos días antes me habían enviado por correo el duplicado del carné de conducir que me robaron junto con otros documentos en el local PEPITA PULGARCITA (no es coña, lo mismo que le tuve que decir a la Policía de turno cuando hice la denuncia y que, por cierto, no me creía).

- Quítese el casco.- Con los pelos de chalado que se te quedan cuando los tienes largos y te quitas el "protegecabeza".

Hasta aquí normal la cosa. Bueno, más o menos. Si no fuese porque el de la vena no iba solo. Los demás amiguitos azules también le acompañaban en el sentimiento y la mala leche. Los tres bien conjuntaditos con su vena en el cuello.

- Aquí KH500 para Zulú leches- dijo uno de los venosos. El tal Jesús no sé qué, de DNI no sé qué...-
- ¿Sabe usted por qué le hemos detenido?
- Pues no - (Ni guarra, pero quiero dormir, gracias).
- ¿Desde dónde viene usted?
- De Madrid - Menuda contestación más estúpida solté. Tras darme cuenta de la tontería de respuesta me quedo bloqueado.
- ¿Ha bebido usted?
- Yo no bebo.
- Le hemos parado porque ha cometido una infracción muy grave. Ha ido durante 100 m en dirección contraria por la Castellana y luego se ha metido por el túnel de María de Molina.

Qué me estaba contando el tío este. Como mucho creía que me habían parado porque había circulado un poco más rápido que 50 km/h.

- Disculpe, pero no entiendo lo que me dicen. Explíquemelo.
De lejos se sigue oyendo: - Matrícula bla, bla, bla. Moto gris bla, bla, bla.

Mientras, intento acercarme a uno de los venosos para explicarle con mi móvil el recorrido que hice. En este momento se produjo una escena graciosa. Yo me acercaba, él se alejaba mirando al horizonte, en plan: "todo esto que ves hijo mío será tuyo".

Sigo intentando mostrarle mi recorrido a ese Poli sin alma, con orgullo, sin ojos, con confianza, sin intenciones conmigo, muchas intenciones (infundadas) las suyas.

Así me tienen un rato bloqueado, sin poder argumentar hasta que se acerca aquel de "grrrr, matrícula bla bla grrr", me da el carné de conducir y me suelta un "Sr. tenga usted cuidado". Y acto seguido, sin mediar más palabra, se montan en la lechera y me dejan con cara de perro pachón con sueño.

Yo hablo, tú callas.

¿Qué pensáis que pasó? Admito propuestas. Yo tengo mi teoría propia pero prefiero ver las vuestras primero.

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