Hace poco recordé lo que es conducir casi al 100% en un circuito (viejos recuerdos de mi antiguo trabajo).
Por eso me he puesto a ver lo que los profesionales del motor pueden llegar a hacer con un coche. Increíble el siguiente vídeo, sobre todo a partir del segundo 47.
Es uno de los derrapes más sorprendentes que he visto en mi vida.
Estoy harto de que las motos en Madrid se pasen por el forro las normas de circulación.
El otro día precisamente vi una vez más lo que los motoristas hacen una y mil veces en la capital de España: saltarse la línea continua para ocupar el carril contrario (por tanto va en dirección contraria) y así poder quedarse en pleno paso de peatones como he visto más de una vez.
Estoy cansado de esta situación porque más de una vez he ido por mi carril y me encuentro con que en dirección contraria viene en plan camicace una moto de estas como si nada.
Por supuesto que no todos los motoristas son así. Sin embargo, una buena parte de los conductores de las dos ruedas hacen esto. Como ésta hay muchas pruebas de las incongruencias que cometen tanto motociclistas como ciclistas que, sin darse cuenta de que son los más frágiles en ciudad, son los que más infracciones cometen.
¿Y todo esto por qué se permite? Muy fácil. A Gallardón le encantan las motos y su filosofía de ciudad es facilitarles las cosas hasta tal punto que no se ponen multas por incumplir una de las normas básicas de la ciudad: NO IR EN DIRECCIÓN CONTRARIA.
P.D.: A ver si la persona competente se ocupa de mirar la matrícula de esta foto y ponerle la oportuna multita. Y por cierto, ya que estamos, acabo de comprobar que tengo los 14 puntos del carnet. Así que todo perfecto.
Un cursito de renovación interesante
Actualización: en septiembre de 2010 me compré una Suzuki Burgman 125. Mantengo lo que dije en su día. No me gustan las motos que incumplen la norma. Curiosamente con la moto soy muchísimo más cuidadoso que con el coche.
No sé si definir lo que voy a contar como una locura, como un acto de juventud o como un grito al derecho a vivir y no sólo a sobrevivir.
-¿Qué os parece ir a Mallorca, alquilarnos un cochecito más o menos majillo y recorrer todo lo que podamos de la isla... con el agravante de tener que volver el mismo día por la tarde?
Ahí empezaba la historia de lo que defino como una demostración de lo que es querer vivir. Una amiga me planteó ese sueño improbable que se hizo realidad el 14 de abril, miércoles.
Fue un día idílico. ¡Los vuelos de ida y regreso llegaron con antelación!; el coche de alquiler, un Astra nuevo que sólo tenía 5.000 kms, nos costó 58 euros a dividir entre cuatro. A eso le sumamos los casi 25 euros que nos costaron los dos vuelos. Añadamos una comidita rápida y nutritiva basada en pan, jamón, queso, chorizo y un pan de molde de a.C.
El resumen del día: demasiadas risas, demasiados ciclistas (casi se estampa uno de ellos contra nuestra luneta en uno de los puertos por los que fuimos) que provocaban escenas muy peligrosas... pero lo mejor:
Una estupenda calita cerca de Torrent de Pareis (Sa Calobra) en la que pudimos, o mejor dicho, tuvimos la osadía de bañarnos. El agua estaba tan fría que las piernas no nos respondían y el pecho nos quemaba. Ahora que lo pienso, quizás en este aspecto del viaje fue más una locura que un momento de disfrute.Un viaje que dio para ver Sóller, Sa Calobra y un poco de Palma y ¿sabéis por cuánto? Sólo 53 euros.
Sin embargo, no sólo fue increíble el viaje en sí, sino la circunstancia que ocurrió mientras que soñábamos despiertos mis tres amigos y yo en la isla: El caos aéreo que provocó la erupción del volcán Eyjafjallajökull en Islandia. En el instante en que tan felizmente nos bañábamos en el Mediterráneo, 16 aeropuertos europeos cerraron. Y eso no es lo peor. Al día siguiente varios vuelos en Mallorca fueron suspendidos.
Hay veces en que la vida te sonríe. Este día fue una demostración para mí.
