Jim Carrey, el hombre slapstick del siglo XXI

Cuando cumplió los 19 años, este actor canadiense fue descubierto por el cómico Roger Dangerfield, quien lo llevó a Las Vegas, y se convirtió en uno de los cómicos más populares de la televisión norteamericana gracias a la serie In Living Color(inglés).

En este programa realizó y creó diversos personajes que llegan a la comicidad del Slapstick en algunas ocasiones.

Uno de los papeles más destacados fue Vera di Milo(*vídeos en inglés):



También hizo de Bob Jackson (como maestro en artes marciales):



Sin embargo, el personaje más gracioso, desde mi punto de viseta es el bombero Bill:

Mamá: tenemos un gran problema

Eran las tres de la tarde. Con un ritmo veraniego y recién levantado, encendí el ordenador para ver los correos electrónicos y chatear un rato con una amiga. Sin embargo, el destino nos prepararía algo más...¿Cómo lo diría? Original, extraño e incluso para algunas personas un tanto asqueroso.

Mientras que mi mente estaba absorta en los bytes y los píxeles, mis oídos primero oyeron un ruido y luego lo escucharon. Parecía que unas cajas que estaban a mi lado se estaban moviendo. De hecho, desde la noche ya había escuchado ese tipo de ruidos, pero imaginé que sería el viento el que las hacía moverse levemente.

Los oídos me gritaron para que girase la cabeza así que les obedecí. Mi cuello giró como una noria descontrolada y ¿qué encontré? Una rata de unos 20 cm de longitud mirándome y emitiendo cierto ruido sobrecogedor que salía de sus patas. En realidad estaba arañando unas cajas de cartón que me cercaban a unos 30 cms de mi cabeza.

Con un salto reconocible, escapé del susto inicial. No todos los días se encuentra a un animal así en tu propia casa y mirándote fijamente a los ojos.

¿En estos casos qué se puede hacer? No es una cosa que te enseñen en el colegio.¿Qué hacer cuando una rata se te mete en tu casa, concretamente, en el cuarto de estar? La lógica me exhortaba a que redujese el campo de actuación de la rata, así que cerré todas las puertas que se encontraban a su lado. La situación consistía en que cualquier momento podía saltar de miedo sin definir el sitio en el que aterrizar (podría ser en mi cuerpo) así que tenía hacer movimientos suaves y, por supuesto, sin encender la luz.

La llamada

Después de afrontar un miedo un tanto extraño, cerré todas las puertas, cogí las llaves de la casa, el teléfono y el móvil y la encerré en la habitación. Acto seguido, llamé a mis padres y lo único con lo que se me ocurrió arrancar la conversación fue: "Mamá, tenemos un gran problema". Por su parte, más tarde me enteré de que cuando le dije eso, ella creyó que se nos había inundado la casa.


Acto seguido, mis padres se movilizaron. "Llamé al 112 y me dijeron que no era un problema suyo. Les comenté que era un señor mayor con una rata en su casa". La contestación fue que no era su problema a lo que mi padre ironizó con la idea de que salvan a los gatos de los árboles, pero no a los humanos de las ratas (con el peligro de contagio que acarrean este tipo de animales). Tras esta negativa nos ofrecieron el 010 como número de salvación, pero les ocurrió más de lo mismo. "Nos aclararon que no tenían que dar teléfonos particulares".

Pocos recursos les quedaban y yo, mientras, congeniando con la rata en cuestión. De vez en cuando abría la puerta de la habitación para ver si seguía allí. Efectivamente, simulaba un sentimiento de angustía por saber que la rata seguía ahí, pero, por otro lado, conocía su situación y la podía tener controlada. Eso, quieras que no, relaja bastante.

Consiguieron acceder a varios números de teléfono de empresas especializadas en este tipo de problemas a través de Internet. Por diversas razones, tuvieron que llamar a once empresas hasta encontrar a una que disponía de un "técnico" que llegaría a nuestra casa en una hora.

Esperamos en el coche hasta que vino el especialista. Su vestimenta era muy curiosa: iba a cazar ratas con chanclas, una camiseta de tirantes y un palo para pintar. Esos eran sus utensilios para cazar más un recipiente que le "regalamos" ya que se lo quedó.

La caza


Ni corto ni perezoso, Francisco, el cazador, entró en la casa. Le informamos de la situación de la rata en la habitación y lo que había en ella: cajas, un ordenador, la televisión, sillones... Después de esta información su frase fue: "Tú abre la puerta que yo pillo a la chiquitina si se encuentra aquí".

Mientras mis padres y yo nos resguardamos en otra habitación. Pero veíamos cómo estaba trabajando. Movió todas las cajas hasta que por fin la vio. La cogió con una bolsa de basura y posteriormente la metió en el recipiente en cuestión.

Por fin, todo había acabado. La rata se la llevaría y la soltaría en alguna cloaca nos aseguró. De hecho, no hacía más que repetir que era muy wapa. Lo que es la vida; hay gente que no las puede ni ver y éste casi se morreaba con ella.

La broma

Este término lo suele utilizar mi padre para identificar la suma exagerada de dinero que hay que pagar por este tipo de servicios. Y la verdad es que tiene razón. Por capturar la rata el precio total sumaba 320 euros. Para qué decir más, ahí está el dato. Sin embargo, la realidad es que hay que tener cierto valor y las herramientas correctas para conseguir que no te contagie ninguna enfermedad mientras la cazas.

Moraleja

El Ayuntamiento de Madrid no nos ayudó en nada. Nadie nos ofreció ningún tipo de ayuda. Gracias que teníamos a San Google porque si no, no hubiésemos podido hacer nada de forma urgente. Nos tuvimos que solucionar nosotros mismos las papeletas a base de talonario. La situación que se me plantea es: ¿Qué hubiese pasado si en lugar de encontrárnosla nosotros, se lo hubiese encontrado una persona mayor o un inválido con escasas ganancias?¿Se acostumbraría a comer con ella todos los días hasta que ahorrase lo suficiente? ¿Se haría indio y veneraría a las ratas como ocurre en el Templo de Karni Mata?

Tendría que estar planteado como un servicio sanitario ya que las posibles enfermedades que transmiten las ratas son graves. Eso sí, las multas las ponen tan rápidas que no da tiempo ni a respirar.

'It´s a Jungle out there'

Adrian Monk, un detective mundialmente famoso en Nueva York que se caracteriza por resolver todos los crímenes sea cual sea su dificultad. El nombre de la serie: Monk.

La peculiaridad es que es un hombre maníatico. Por ejemplo, en una situación donde hay un fuego en una casa, Monk, en lugar de coger el extintor y utilizarlo, se pone a leer las instrucciones paso por paso, midiendo los ocho pasos aconsejados de distancia para que la persona que apaga el fuego esté segura. Sin embargo, de la misma forma que resulta una manía, para resolver los crímenes es una gran ventaja porque se fija en detalles que otros nunca verían.

Pero el motivo real por el que escribo su post es porque me encanta la canción de entrada de la serie. Su autor es Randy Newman y el nombre de la canción es It´s a jungle out there. A continuación puedes escuchar parte de la canción (play):

It's a Jungle Out There (Randy Newman).

Por cierto, este cantante fue contratado para grabar la canción de Hay un amigo en mí para la película de Toy Story.

'Noches Blancas'

Desde hace tiempo veo casi todos los viernes un programa de televisión llamado Noches Blancas, dirigido, creo, y presentado por Fernando Sánchez Dragó. Aunque actualmente no sé si lo siguen emitiendo en las madrugadas de Telemadrid.

Este contenido televisivo trata de desnudar las obras literarias más novedosas del mercado y, también, las más clásicas.

Me atrae quizás por los invitados que trae, por la originalidad de sus comentarios, por la cantidad de textos que analizan en poco más de una hora y, en definitiva, por qué no decirlo, Sánchez Dragó me parece una persona extremadamente culta (a veces un tanto pedante) del que soy un seguidor incansable.

¿Por qué Noches Blancas?

En uno de sus coloquios me enteré de que en realidad el nombre del programa era un homenaje a una novela corta que escribió Fiodor Dostoyevski con el mismo nombre, Noches Blancas.

Unos días más tarde, vi que en El País vendían dicha novela por el irónico precio de 0.99 €. En ese momento pensé que si Sánchez Dragó se enterase de que su programa vale menos de un euro...No sigo porque esto puede dar mucho juego.

Fue una lectura rápida. Menos de cien páginas en un tamaño de letra bastante generoso para los peores aguilillas (y me refiero a aquellos que no tienen muy afinado el ojo).

Mi impresión final: obra clásica y con un estilo derrotista típico del siglo XIX. Diálogos que se basan en la educación y la elegancia a pesar de que la angustia vital por el amor no deja respirar al personaje protagonista. El final, no lo desvelaré, pero demasiado victimista y poco ético para el personaje en cuestión. Crea una angustia en el lector de lo que se suele mofar por su lingüística el autor ruso. Encantador.

'Viajes con Heródoto'

Después de dejar a Morfeo hasta nuestro próximo encuentro dentro de 20 horas, he terminado Viajes con Heródoto, obra de Ryszard Kapuscinsky, periodista polaco fallecido el 23 de enero de 2007.

Entre otros méritos, es reconocido por obtener el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en 2003 por su "preocupación por los sectores más desfavorecidos y por su independencia frente a presiones de todo signo que han tratado de tergiversar su mensaje" .

En un principio, su lectura me pareció un tanto aburrida e incluso típica de relatos que hablan sobre viajes: muy descriptivos y contando anécdotas sin mucho jugo. Sin embargo, en el momento en que el autor mezcla su vida como reportero en Asia y África junto a la Historia de Heródoto, primer historiador global de la Historia según este autor, el texto cobra otro valor.

Casi toda la obra la mezcla entre vivencias de la vida del autor junto con las vivencias de Heródoto. Digamos que en porcentajes, la combinación es de un 30% para él y un 70% para Heródoto. De ahí que tenga éxito. Este último describe la vida de los escitas, los persas, los griegos, la magnanimidad y egoísmo de Darío, la esperanza de los espartanos, la inteligencia de las amazonas, etc.

Desde mi humilde punto de vista, la historia de nuestros antepasados debería ser del interés de todos, sobre todo para aprender de los errores y de los aciertos que se cometieron.

Hablando con compañeros de profesión, todos me aconsejaron que leyese primero Ébano, obra por la que se hizo famoso este periodista. Sin embargo, me alegro haberme sublevado a la opinión generalizada y haber empezado por este relato. Poco a poco me iba enganchando más hasta embelesarme hasta tal punto que casi pierdo el sentido del tiempo y el espacio, e incluso el sentido de la dirección en el metro y, ya puestos, la parada en la que me tenía que bajar.

• Crítica literaria de El Cultural
• Entrevista en Letras Libres
  

¿Los Beach Boys son...ABBA?

Divertido y con calidad. Esos son los adjetivos que se me ocurren en estos momentos en los que escucho varias versiones de los Beach Boys interpretados por ABBA, Olivia Newton-John y Andy Gibb.

A pesar de las continuas bromas que hacen los artistas y de sus gestos, me llama la atención el grado de calidad (y me reitero) musical que demuestran con breves notas. Qué sonido más perfecto, que unido a las voces angelicales de las chicas y, dicho sea de paso, los rostros tan bellos, forman un conjunto único e indescriptible. Esto me hace cuestionarme la calidad musical de algunos de los grupos actuales que tienen éxito.